A estas alturas ya sabrán que amo a los gatos. Si no lo sabían, bueno
pues ADORO a los gatos, son las criaturas más hermosas del planeta, si
pudiera tener 50, los tendría.
Comprenderán que apenas supe que me iba a casar, empecé a
buscar un gatito. No el departamento, no las cosas para la casa, no la
tela del vestido, estaba buscando a mi próximo bebé felino. Mis
requisitos: que sea una hembra de pelo largo.
Mi esposo,para darme una sorpresa, me llevó a Kitty, una gatita producto
del affaire entre una gata siamés y un persa blanco himalaya que andaba de
paso por su casa. El resultado fue una siamés remix con pelo con partes
blanquinosas, más largo y suave que el de su raza pero que se le cae a
montones. Su carita es miti miti un lado full siames, el otro cubierto
de manchas, con unos ojos celestes que brillan como gemas. Un conjunto
nada desagradable. El problema es que yo quería un gato verdaderamente
peludo, y la devolví.
Una semana después encontré a Fiona, la gata persa que quería, con más
pelo que yo en la cabeza, suavecito, esponjoso, gris mezclado con
parches crema, y unos maravillosos ojos ámbar. Era tan chiquita que
cabía en mi mano, la amé apenas la sostuve.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6r7YfD6rGiXgwYYc2VPGVtxK7B0XKLsoqwLEGxOQg9QvxKvfFU_O-fTAbvzELETfRCLAjMnrS5As7jlvdQWAxxla_H74bq2f4xCfmXZiF_N_SuOL4fRChUdD9yXT5wTQbusVFa6EQqJw/s200/Imagen007.jpg)
Pasaron 2 meses y todo era risas y felicidad hasta que me enteré que
Kitty no encontraba hogar. Sabiendo que ya estaba bastante grandecita
para conseguir familia, decidimos traerla a casa.
El encuentro entre las dos gatas fue como el choque entre dos mundos. Mi
esposo con Fiona en brazos, yo con Kitty, nos fuimos acercando para que
se conozcan. Desde que se vieron empezaron los bufidos y los gruñidos
de Fiona, Kitty estaba alerta pero perfil bajo. Al final no quisieron
verse a la cara y decidimos que necesitaban tiempo.
Ver a dos gatas que
no se conocen es como ver a dos vecinas peleadas coincidir en la calle.
Pasan de lado sin mirarse, yo en mi esquina, tu en la tuya. Se dicen con
los ojos "No me mires que te saco los ojos, perra!" (Perra es insulto
entre gatas también) y pasan cada cual en su territorio.
Al cabo de una semana las chicas seguían cada cual por su lado, odiándose e ignorándose, hasta que nos mudamos de departamento.
Al cabo de una semana las chicas seguían cada cual por su lado, odiándose e ignorándose, hasta que nos mudamos de departamento.
Ese día perdimos a Fiona dos veces. Esa gata tenía la habilidad de
entrar en los espacios más pequeños. La primera vez que se perdió la
encontramos dentro de la alfombra enrollada. La segunda vez que se
perdió, después de una hora de búsqueda, la encontramos detrás de la
lavadora ya en el nuevo hogar.
Kitty, en cambio, se pasó recorriendo de
arriba a abajo todo el nuevo lugar, disfrutando del nuevo espacio,
olfateando las esquinas, mirando su nuevo entorno.
Cuando Fiona salió era tarde. Kitty había reclamado el reinado del nuevo departamento. Fiona salió con su cabecita gacha y alzó los ojos hacia la ex intrusa. Kitty se acercó a ella y la miró desde arriba. Yo miraba todo dispuesta a lanzarles agua fría si se peleaban. Contuve la respiración cuando Kitty hizo lo impensable: le empezó a lamer la cabeza y a ronronear.
Fiona cerró los
ojitos de puro gusto.
Y desde entonces fueron mejores amigas.
4 comentarios:
Que linda historia Moniquita, comparto el gusto por los gatos, saludos a Kitty y Fiona :)
Oh chiquititas lindas!!! :*
Gracias Talita! pilas que esta fue la introducción para el próximo post =^^=
Meooww! =^^=
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