PARA LOS QUE NO SABEN DE QUE SE TRATA:
Al sur de mi ciudad, entre casas humildes, sol, y polvo se levantan enormes estructuras creadas por el trabajo de cientos de vecinos usando madera, caña, papel y paciencia. Invierten de $250 a $500 dólares y dos meses de trabajo en levantar increíbles monigotes de 8 metros de altura.
Durante diciembre llegan a verlos personas de todas las clases sociales, se toman fotos, admiran estas creaciones. A fin de año el Municipio y El Diario El Universo premian a los mejores. Y en el mes de enero desaparecen consumidos por las llamas.
OK, AHORA AL TEMA:
No todos los guayaquileños llegamos a verlos. Es difícil para muchos dar con ellos entre las calles intrincadas, la inseguridad y el factor tiempo¹. Además es seguro que muchas personas de distintos lugares del país los visitarían también si no fuera por la fecha. (¿Quién no querría la foto con HULK?!)
Guayaquil desea convertirse en una ciudad turística. Cada vez que hay un feriado nacional, sus habitantes huímos como perseguidos a otros lugares y la ciudad queda casi vacía. Este fenómeno de “migración festiva” no sucede en otras ciudades del país, la gente se queda celebrando y recibiendo a los visitantes. Las fiestas de Cuenca y las fiestas de Quito son excelentes ejemplos de celebración “hasta que el cuerpo aguante”. ¿Fiestas de Guayaquil? Poco movimiento, ciudad solitaria.
UNA PROPUESTA INDECENTE
¿Qué tal si estos barrios hicieran sus monigotes un poquito antes y estuvieran disponibles para el feriado de Noviembre?
¿Y si el Municipio fomentara una “Ruta turística de los Monigotes” con seguridad y transporte incluido?
¿Y si en cada barrio participante organizaran fiestas con venta de comida típica y recuerdos para recibir a los turistas?
Son sólo ideas.
¿Quieren ver los maravillosos monigotes de los que hablo? Clic aquí.
¹ Se ha calculado que para visitar todos los Gigantes de este año se necesitan al menos ¡3 horas!
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