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viernes, 30 de diciembre de 2011

Lo aprendido, lo vivido y lo bailado en el 2011


Todos los años a estas alturas aprovecho para mirar atrás un segundo y ver si lo que pasó en 365 días me gusta o no.
Lejos de definir si el año ha sido bueno o malo prefiero concentrarme en lo que aprendí en el 2011.
Este año aprendí:
Que no importa si empezar de nuevo da miedo, igual debes hacerlo para crecer.
A dejar la molesta costumbre de querer caerle bien a todo el mundo. Tuve una buena profesora en el camino.
Que debo aceptar las cosas que no puedo controlar.
A no envidiar a las personas que más gritan lo enamorados, creyentes, felices, afortunados que son... la mayoría tienen una realidad muy diferente.
Que a veces hay que perder batallas para ganar guerras.
A poner mis límites y no dejar que nadie los cruce.
Que se puede extrañar a alguien que nunca ha existido.
A dejar de justificar las malas acciones de las personas. No todo el mundo tiene buenas intenciones.Punto.
Que mi mayor obstáculo soy yo misma.
Y he de vencer.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Monigotes Gigantes: posible destino turístico

PARA LOS QUE NO SABEN DE QUE SE TRATA:

 
Al sur de mi ciudad, entre casas humildes, sol, y polvo se levantan enormes estructuras creadas por el trabajo de cientos de vecinos usando madera, caña, papel y paciencia. Invierten de $250 a $500 dólares y dos meses de trabajo en levantar increíbles monigotes de 8 metros de altura. 

Durante diciembre llegan a verlos personas de todas las clases sociales, se toman fotos, admiran estas creaciones. A fin de año el Municipio y El Diario El Universo premian a los mejores. Y en el mes de enero desaparecen consumidos por las llamas.


OK, AHORA AL TEMA:

No todos los guayaquileños llegamos a verlos. Es difícil para muchos dar con ellos entre las calles intrincadas, la inseguridad y el factor tiempo¹. Además es seguro que muchas personas de distintos lugares del país los visitarían también si no fuera por la fecha. (¿Quién no querría la foto con HULK?!)

Guayaquil desea convertirse en una ciudad turística. Cada vez que hay un feriado nacional, sus habitantes huímos como perseguidos a otros lugares y la ciudad queda casi vacía. Este fenómeno de “migración festiva” no sucede en otras ciudades del país, la gente se queda celebrando y recibiendo a los visitantes. Las fiestas de Cuenca y las fiestas de Quito son excelentes ejemplos de celebración “hasta que el cuerpo aguante”. ¿Fiestas de Guayaquil? Poco movimiento, ciudad solitaria.

UNA PROPUESTA INDECENTE

¿Qué tal si estos barrios hicieran sus monigotes un poquito antes y estuvieran disponibles para el feriado de Noviembre?

¿Y si el Municipio fomentara una “Ruta turística de los Monigotes” con seguridad y transporte incluido?

¿Y si en cada barrio participante organizaran fiestas con venta de comida típica y recuerdos para recibir a los turistas?

Son sólo ideas.


¿Quieren ver los maravillosos monigotes de los que hablo? Clic aquí.


¹ Se ha calculado que para visitar todos los Gigantes de este año se necesitan al menos ¡3 horas!

miércoles, 28 de diciembre de 2011

El cerebro tiene mente propia

Mi hermana, estudiante universitaria de medicina, me recordó hoy un cuento que le leí cuando ella tenía 7 años. Bien, la niña lo había buscado por internet pero no lo encontraba, así que me llamó a preguntar el título. 

Yo recordaba que el protagonista era un pájaro, que era azul, la historia a grandes rasgos y hasta el nombre de la editorial. Lo busqué como “El Pájaro Azul” y no era. Al rato recordé toda una línea de texto de la historia y la busqué. Eureka! Archivo pdf online con el cuento completito encontrado. Muy contenta empiezo a leer el título: “El pájaro verde”. O sea no era azul. Wow. Unos instantes atrás podría haber jurado que el bendito plumífero era AZUL!! Mal. 

Esto me hizo recordar algo que leí recientemente en el libro “Las 12 reglas del cerebro”. Por increíble que parezca, el autor describe el proceso de memorizar los recuerdos como un proceso que se toma AÑOS. No horas, no días, no meses. AÑOS. Y que mientras más emotivo sea el recuerdo, más memorable sería. Esto tiene sentido, leí la historia muchas veces, y una de aquellas veces la leí en voz alta a mi hermana pequeña (emoción) pero lo que de verdad me causó un shock fue la aseveración de que nuestros recuerdos muchas veces están incompletos y el cerebro toma retazos de aquí y de allá para llenar los agujeros. O sea que nuestros recuerdos no son confiables en absoluto.

Veamos. Mi cerebro sabía que el nombre de la historia tenía la palabra pájaro, y necesitaba un color para completar el título. Es como el refrán “el sordo no oye, pero bien que compone”. Nuestro cerebro reconstruye nuestros recuerdos, mostrándonos un mensaje irreal, con lo que tiene a mano para mostrarnos. Que miedo.

Mi cerebro fue capaz de darme toda una oración del mencionado cuento, pero no me pudo dar una palabra del título, eso tiene mucho que decir de la forma en que priorizamos los recuerdos. La línea que recordé tenía tanto azúcar como una torta de chocolate, dulce y emotiva. Esto comprueba que en realidad la información tiene mayor recordación a mayor emoción, no importa el largo del mensaje, y esto es bastante explotado en mi rama de especialización: el Marketing. 

Ah! Al término de todas estas reflexiones se me ocurrió preguntarle a mi hermanita cuál fue el detonante para su recuerdo. Su respuesta fue más divertida de lo que esperaba. Me dijo que una amiga le estaba contando que un chico que la molesta* le empezó a quitar objetos pequeños para llevárselos de recuerdo. Tal y como lo hacía el pájaro VERDE de la historia.

Si quieren leer el cuento, lo pueden encontrar aquí

*la pretende

Aqui no venimos a hablar de drogas

Cada vez que voy a un restaurante y pido un plato, termino con la frase "sin yerbita, por favor". En Ecuador al culantro (o cilantro) se le llama también "yerbita" y es ampliamente utilizado en la gastronomía local. Por desgracia la aborrezco. He tenido que llegar al extremo de fingir que soy alérgica para que no aparezca como por arte magia en mi comida.

Sin yerbita es mi primer intento de blog, nace de un instante de inspiración que iba a verter en twitter, pero resulta que a veces 140 caracteres no alcanzan para decir lo que uno quiere. Por qué le puse sin yerbita? pues porque quiero que sea un blog muy apetecible, sin agruras, sin indigestión, sin mal sabor. Sin yerbita pues.

Provecho!