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viernes, 31 de agosto de 2012

Chao Chiquita!



"Prefiero no tener mascotas para evitarme el dolor de su partida" decía alguien  a quien aprecio, el día en que se fue una perrita que muchos queríamos. 

No era mi mascota, hasta me mordió una vez, pero igual me dio mucha tristeza saber de su partida. Su dueña, desconsolada, lloraba por su perrita que la había acompañado 12 años de su vida, en las buenas y las malas con la fidelidad de su espíritu salvaje. De viaje, de travesuras, de mamá perra, de cacería. Chiquita de cuerpo y de nombre, cruce de al menos 4 razas: lengua de chow chow, cuerpo de pastor alemán enano, colmillos de lagarto, cuello que se erizaba como gato. Aun así era linda, peludita y peligrosa, nada se le escapaba: iguanas,  pájaros, cualquier animal que reptara por el suelo.
 
Chiquita supo antes que nosotros con quien se casaría su dueña (le gruñó a todos los pretendientes menos a él). Sobrevivió un atropellamiento, dos enfermedades, dos camadas, la perra de hierro. Tiene el honor de ser la única perra que conozco a la que le hicieron cumpleaños temático, con torta, gorritos y decoraciones de Mickey Mouse, aquella también fue  la primera y única vez que le canté Happy Birthday a un animal. Inteligentísima, obediente, y resistente como solo los perros de razas mixtas suelen ser, se ganó el cariño de todos. Nos deja con su dulce recuerdo de ojos tristes, lengua morada, y silencioso adiós.

Yo si prefiero tener mascotas - aunque su partida duela - por todo el amor, la compañía que nos dan; y el don que solo ellos tienen, de sacar a relucir nuestro niño interior.
Buen viaje Chiquita!

miércoles, 15 de agosto de 2012

EL BONSAI MISTERIOSO


Nos reunimos como casi siempre en casa de Carito, una tarde, cuatro amigas, sin nada más que hacer que escuchar música, conversar y pasar el rato. El lugar preferido era el balcón, lugar muy espacioso, con hamaca, mesas, sillas, y una excelente vista a la calle. También en ese lugar la abuelita mantenía sus plantas ornamentales. Conversábamos de todo y nada, una acostada en la hamaca, las demás sentadas alrededor. En un momento que Carito salió a traernos algún bocadillo, me fijé en un árbol bonsái con frutos rojos que estaba sobre la mesa. Rápidamente, la que estaba sentada en la silla me dice que la planta es de tomate, que el fruto es dulce y jugoso, cómete uno, yo ya probé y son riquísimos. Sin pararme a pensar, tomé uno. Era rojo y redondo, no olía a nada. - Cómete, es rico! . Ok, estaba sospechando que podría no ser buena idea probarlo, pero la curiosidad fue más fuerte que la precaución. Me dije:  “le daré solo una pequeñísima mordida para ver si es rico como dice”. Me acerqué el fruto a la boca y rasgué su superficie un milímetro con los dos dientes delanteros.
Por esa pequeña abertura, salió un chorro de ardiente jugo que se deslizó directamente hacia mis encías inferiores, quemando todo a su paso. Aaaaaaaah! Grité, mientras las otras dos se revolcaban de risa. Con la boca en llamas, los ojos llorosos, y furiosa,  le lancé el ají  a la de la hamaca, mientras corría a la cocina a buscar agua. Allí me recibió Carito asustada porque no comprendía mis gritos y las risas de las otras dos en el balcón. Un instante después ellas entraron también mientras una se tapaba la boca igual que yo, pidiendo agua con desesperación. Yo pensaba que se estaba burlando de mi percance y le dije que no le diera agua, que me ayude a mí que era la afectada. Pero lo que pasó fue que el ají que lancé le había caído en la boca a la de la hamaca, mientras se reía de mí con la boca abierta.
Y así, todo terminó con las cuatro muertas de risa, tomando agua helada en la cocina.

Post dedicado a @carosoto78, por su cumple :)